jueves, 20 de julio de 2017

E X P A N S I V O



  


¿Cuantas?
¿Cuantas puertas podría haber allí?
¿Miles, millones? Y  cada una de ellas plantada al final de largos pasillos blancos de paredes vacías. Pasillos que se hacían mas y mas largos. Un universo de puertas en continua expansión, y yo, vuestro narrador, su solitario astronauta. 
Si, yo. Sentado sobre una silla de estrellas cuyo brillo dejaba mucho que desear, en el mismísimo centro de ese extraño universo y mirando fijamente a una puerta. Sin importarme una mierda que el pasillo que conducía hasta ella creciera un centímetro mas a cada minuto. 


Daba igual. Lo realmente importante era que para mi el resto de las puertas no existían, solo aquella. Las demás parecían ser despreciadas por mi visión periférica a pesar de que me rodeaban como las ramas de un árbol silencioso. Me levantaba de mi pequeña torre de vigía y caminaba hacia la que yo ya llamaba "mi" puerta...Otras veces corría hacia mi destino como un suicida que tiene clara su decisión antes de que el suelo se acabe bajo sus pies. Poco importaba si ese día le tocara estar abierta o cerrada. Si el pomo se rendía ante mi mano, la cruzaba tranquilamente. Si por el contrario estaba cerrada, mi rostro se transformaba en el de una fiera desquiciada. Me lanzaba contra ella con mi cuerpo convertido en un ariete de carne y hueso. Debía abrirla. Tenía que hacerlo. Todo con tal de tener la oportunidad de volverla a cruzar.






¿Y para qué? ¿Que había al otro lado tan importante como para que fuera capaz de dejar tras de mí todo aquello que me servía, todas aquellas cosas que me convirtieron en quien soy?
Olvidándome hasta de mi mismo...
Olvidando toda razón 
Porque ¿sabéis una cosa? Este imbécil que os habla siempre lo supo. Si, siempre supe el resultado final de mi enorme curiosidad: una suma de errores que jamás llegarían a convertirse en un acierto. Un camino derecho a la equivocación mas humillante. A la nada. Y a pesar de ello continuar, repetir, una y otra vez. Debí darme cuenta de que el hecho de que esa puerta nunca se cerrara tras de mi no quería decir que se me otorgara la libertad de salir cuando quisiera...No, solo era para expulsarme de allí lo mas rápido posible con un buen par de patadas en las pelotas.






Si entraseis en una habitación en la que hay un escorpión y este os acaba clavando su aguijón envenenado...¿volveríais a entrar? Pues yo sí. Lo hice una y otra vez. Intentaba, no sé, conocer...comprender...Como una mosca que intenta atravesar la ventana que le impide entrar en la casa. Esperaba que durante una milésima de segundo, tan solo una puta milésima, hubiera una mínima alteración, una pequeña diferencia que hiciera que todo lo demás se convirtiera en un nuevo mundo. Mi mundo. Mi planeta. Mi alma en paz. Y mientras aquel universo de puertas se expandía cada vez más yo continuaba esperando mi momento, sin darme cuenta de que me convertía  en ese estúpido naufrago que flotando en el mar desprecia de un manotazo un grueso madero creyéndose capaz de sobrevivir nadando...


Una insana y errónea esperanza.
Y un día la esperanza murió
Y cuando la esperanza muere puedes hacer dos cosas, enterrarla y que descanse en paz...o bien dejar que se transforme en desesperación. Yo hice lo segundo, naturalmente.


A este astronauta le pesaba tanto la desesperación, joder...La notaba aferrada a cada órgano de mi cuerpo con tal fuerza que casi podía sentir sus garras clavadas en mi carne. Y dolía. Dolía de una forma más allá de la humanidad. De una manera tan inexplicable que ni las lágrimas que empañaban mis mejillas podían atenuar semejante dolor.


Dolía tanto que fue muy fácil convencer a mis manos  para que se acercaran lentamente a los cierres herméticos de mi casco...Tan imbécil, tan cansado...la solución final. La desesperación puede convertir a un hombre en una peligrosa arma incluso contra sí mismo...Poético ¿verdad?





Uno a uno los cierres se soltaron dejando escapar un suspiro de oxigeno hasta llegar al último. Una vez más miré "mi puerta", allá lejos, perdiéndose en un pasillo ya casi infinito, y las mismas preguntas de incomprensión volvieron a mi mente. Fue suficiente. Cerré los ojos, solté el último cierre y me quité el casco bruscamente para luego lanzarlo lo mas lejos que pude por el pasillo que tenia frente a mí.


Aguanté la respiración como unos niños que juegan a ver quien resiste más sin respirar...Hasta que dejándome caer de rodillas solté el aire con los ojos aun cerrados...Me quede allí, junto a mi silla/vigía estelar. Derrumbado en el suelo como una marioneta a la que han cortado las cuerdas. Sentí una brisa acariciando mi cara. Aire, había aire. En mi universo expansivo había aire. Abrí los ojos como si estos tuvieran resortes. Frente a mí seguía "mi" maldita puerta infranqueable. Lo que entraba en mis pulmones parecía el aire más maravilloso jamás respirado. Me dejé caer quedándome a cuatro patas y la cabeza gacha...Todo aquel aire me sabía a poco, quería más, mucho más. Mi pecho se hinchaba y deshinchaba a ritmo mecánico...


Casi podía sentirme borracho, embriagado no solo por ese aire de los dioses sino liberado por la aberración que estuve a punto de cometer. Y tal vez fue esta sensación junto a la imagen de mi mismo ahí tirado, en el suelo, contemplando las gotas de sudor que caían de mi frente al suelo. Tal vez fue la suma de todos los errores, de todas las equivocaciones, de mi batalla contra una puerta que daba a un mundo que no me quería allí por mucho empeño que pusiera en ello. Tal vez. El caso es que un relámpago cruzó mi cabeza y desperté....y lo vi al fin.





Todo aquello que pude hacer, aquello que pude vivir...tantas risas que murieron antes de ni siquiera nacer. Todo ese tiempo perdido escurriéndose entre mis dedos, tan muertos como los de un muñeco de plástico. Todo lo que pude tener, lo que pude hacer. Un universo entero a mis pies y mi esperanza estrellándose contra una puerta que tan solo quería verme salir. 


Me puse de pie lentamente. 
Apreté los puños con la fuerza de una prensa hidráulica.
Clavé los ojos en mi vieja enemiga..y grité. Grité tan fuerte como para que las venas de mi cuello quisieran reventar. Un grito primitivo nacido de rincones que desconocía y que hizo temblar los goznes de un millón de puertas. El universo vibró, tembló como una animal acorralado. Mi grito de rabia se expandió por cada uno de los pasillos con la fuerza de un huracán enloquecido...Y el universo se contrajo. Noté bajo mis pies como el suelo venía hacia mi, desde cada puerta, desde cada mundo...El universo estaba asustado y su miedo fue mi alegría. Cuando dejé de gritar durante unos segundos las puertas quedaron estáticas, observándome como un millón de ojos. Al cabo de ese tiempo comenzaron a retroceder para continuar su lenta y progresiva expansión...





Recuerdo mi sonrisa, la primera en eones, una sonrisa de lado...de esas que dicen..."¿Y que..?" No me importaba, porque ya lo sabía. Lo sabía todo: Yo era la alteración, yo era esa milésima de segundo necesaria para que todo fuera distinto, para cambiar mi universo...

Miré a la derecha, un pasillo acababa en una puerta de madera con unas bonitas filigranas en relieve. Me giré a la izquierda, allí otra puerta, esta plateada, dejaba escapar algún que otro destello. Sin  mirar mi silla/vigía la tumbé de una patada y comencé a caminar por uno de los pasillos silbando una vieja canción.

Y por aquí sigo, convertido en un auténtico explorador, navegando entre mis puertas, sin más animo que el de la propia aventura. Un astronauta tan expansivo como este mi universo...y si me queréis encontrar...ya sabéis.

Tras una de esas puertas que veis alrededor, estaré yo...esperandoos 
Joder, vaya que si...

F I N


Dedicado a Oscar y Carlos con un cariño que va mas allá de las estrellas, mas allá de un millón de puertas...Gracias a vosotros y al temazo "LOS AMIGOS QUE PERDÍ" de DORIAN, ha nacido EXPANSIVO...Y cuando algo así sucede....¿como olvidarlo?

Se os quiere

Norberto Piñar



6 comentarios:

  1. Me encanta, no dejes de escribir nunca.

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    1. Muchas gracias, Ana. Lo intento cada dia, tenga mas o menos ganas...Me alegro de que te haya gustado, de todo corazon

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  2. Me ha encantado😍😍
    No vuelvas a dejar el noble arte de la pluma😉😊

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    1. Muchísimas gracias por tu comentario, Isthar! Me alegra leerte por aquí y por supuesto el que te haya encantado pone una sonrisa en el mío cuore. MUCHAS GRACIAS!

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  3. Un día, una de las puertas se abrirá delante de tus narices. No será una insinuación, será una invitación tan clara y tan directa que no podrás rechazarla, casi una orden. No tendrás otro remedio, traspasaras la puerta sin poder ni querer evitarlo. El aire te empujará hacia dentro, y la puerta se cerrará detrás de ti, y sin embargo, no sentirás que te han encarcelado. Al contrario, recordarás tu silla de estrellas cuyo brillo dejaba mucho que desear, y pensarás que esa era tu prisión. La puerta se cerrará,pero en lugar de aislarte, será como un foso infestado de cocodrilos, te protegerá de los intrusos. Resguardado, comenzarás de nuevo, recobrarás la esperanza. Siempre hay muchas puertas.

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    1. "SIEMPRE HAY MUCHAS PUERTAS" Dos veces he leído tu comentario, y serán las menos...Que puedo decirte, Oscar...Es maravilloso leerte y es maravilloso que sea aquí, en el Horizonte Azul. Buscar una palabra de gratitud que sea justa y merecida por ese deseo que pides para mi es una tarea infructuosa. Así que...aqui, el que se cree un domador de palabras tan solo puede decirte MIL GRACIAS...

      Y que tras todas esas puertas...de esas que hay tantas...tenga la enorme fortuna de encontrarme con personas casi tan maravillosas como tu...

      Mil besos y abrazos

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