En la dictadura de mi almohada de piedra, se están esculpiendo con un cincel de filigranas de plata los sueños que debiera tener...
No es el sonido del hierro contra la roca lo que me mantieme despierto.
No, no es el motivo por el que las noches se han transformado en extraños días privados de luz donde siento la euforia de los locos agotados...
No temo a las pesadillas, no tengo miedo a monstruos surgidos de ciénagas pestilentes y horrores aún sin nombrar...
No sobrevuela el techo de mi dormitorio musa alguna que pretenda colocarme un lápiz en la mano sin importarle que rompa la madrugada sobre un folio que no quiere seguir en blanco...
Lo que mi tirana almohada de piedra sabe...es tan sólo lo que yo le dije...
Que ya no puedo dormir...y volver a soñarte....
