domingo, 19 de noviembre de 2017

El loco y la noche





Me como la noche, la noche de mi pecado...

La ataco en un éxtasis ausente de razón y cordura...
Soy un loco que corre con las piernas convertidas en pistones mientras bebe y traga del cuenco que forman sus manos vacías el aire de la madrugada.
Extraño licor este que sabe a una mezcla de salitre y azahar...

La noche... devoro su carne en el día de mi pecado y en la garganta se me clavan sus espinas de plata fría...
Engullo sus sonidos, su esencia, cada sombra que le pone nombre. Quiero devorarla, acabar con toda ella...

Partiré el oscuro cielo para cubrir con sus pedazos la nada que por dentro me quema...
Que las estrellas y luceros se desgarren entre mis dientes mientras mis ojos ríen triunfantes...

Me como la noche,
la noche de mi pecado...
No existe gula en este acto que me ciega,
Ni hambre,
Ni tan siquiera sed...
Sólo el ansia por ponerle fin a esta amargura por la que la madrugada me arrastra...a esta soledad que es mi pecado, pecado por sentirme sólo, por estar lejos de ese al que llaman mundo real sin poder evitarlo...ni pretenderlo

Y ahora la luna, 
¿será ella el punto final de este banquete de expiación...? Me mira su reflejo sobre el mar...briilla...se burla de mi, se ríe desafiante, cuando acabe con ella la noche morirá y esta locura tendrá su fin con la luz de la mañana...
Me lanzo al agua oscura y helada.
Allá donde se refleja su pálida luz lanzo mis fauces en un violento chapoteo.
Y bebo.
El mar riega una vez y otra mas mi garganta.

Hasta que con las piernas convertidas en plomo...siento que tal vez la mañana nunca vuelva a llegar....

Y la noche se vuelve eterna...y este loco no deja de llorar